Hoy no es tu cumpleaños,
ni tu santo,
ni el aniversario del día en que nos conocimos,
ni el recuerdo de cuando nos confesamos que nos queríamos,
ni la efeméride de nuestro primer abrazo,
ni del primer beso que nos dimos.
ni el aniversario del día en que nos conocimos,
ni el recuerdo de cuando nos confesamos que nos queríamos,
ni la efeméride de nuestro primer abrazo,
ni del primer beso que nos dimos.
Pero hoy no es un día cualquiera,
hoy es un día especial,
porque a tu lado todos los días son distintos,
ninguno es igual.
hoy es un día especial,
porque a tu lado todos los días son distintos,
ninguno es igual.
A tu lado siempre hay algo que celebrar:
una sonrisa, una ilusión,
una caricia o una canción.
Tu alegría es la razón de mi bienestar.
una sonrisa, una ilusión,
una caricia o una canción.
Tu alegría es la razón de mi bienestar.
Hoy conmemoramos que nos queremos,
como nos queríamos ayer
y como nos querremos mañana,
con el mismo amor terco y obstinado,
con un amor que sólo tiene un principio y un final:
perpetuarse en el tiempo.
como nos queríamos ayer
y como nos querremos mañana,
con el mismo amor terco y obstinado,
con un amor que sólo tiene un principio y un final:
perpetuarse en el tiempo.
Amarte es en sí mismo un motivo de celebración.
Tu cuerpo es ágape para mi alma hambrienta
y hostia sagrada para mi devoción.
y hostia sagrada para mi devoción.
Tu vida es la pila bautismal
en la que cada día me bautizó en la eucaristía del amor. J.M.R
en la que cada día me bautizó en la eucaristía del amor. J.M.R
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