NUESTROS MAYORES

NUESTROS JOVENES MAYORES
José Manuel viendo vuestro programa, me he enterado de que el tema para la próxima semana seria hablar sobre los mayores, por eso os mando está carta, por si la veis de interés para leer.
Quizás cuando leas esto ya no os podre ver, tengo una enfermedad terminal, de cuestión de días o quizás horas.
Tengo 89 años, he luchado y sufrido por mis hijos en total 2 mujeres y 1 hombre, tanto mi mujer como yo hemos dado la vida y nuestra felicidad desde que nacierón, nuestro objetivo fue el darles una educación y lanzarlos a la vida a costa de quitarnos muchas cosas, y en tiempos de dificultades extremas.
Recuerdo que yo me llevaba un bocadillo a BAZAN hoy NAVANTIA, y con eso tenía para todo el dia, pero sabía que a mis hijos no les faltaba un plato de comida, mi mujer con las rodillas destrozadas de limpiar escaleras, ella ya no está entre nosotros, pero su última palabra en su lecho maldito, fuerón con lagrimas en sus ojos, NO LOS DEJES NUNCA SOLOS YO ME VOY PERO ESTARÉ SIEMPRE y ese fue con una mirada a sus hijos, lo último que pronunciaron sus labios.
He seguido esforzándome, para darles unos estudios tanto es así que hoy los tres viven bien y tienen unos buenos puestos de trabajo, poco a poco han ido formando una familia, a pesar de ello he tenido la oportunidad de volver a tener una mujer a mi lado
Y LO HE RECHAZADO sabes porque pues por ellos.
Llegado cierto momento está maldita enfermedad me fue debilitando y el caminar se me hacía cada vez más difícil, después de dos meses sin verlos, un día se acercan a casa lo tres, se lo que va a suceder y claro sucede, mira con lo bien que te van a atender en un centro, nosotros no podemos los niños, nuestro trabajo, iremos todas las semanas a verte, y pasaras semanas con tus nietos, a uno de mis hijos le escucho decir, bajando el tono de voz SI NO PUEDE ANDAR- TENEMOS QUE LIMPIARLO, en ese momento se me llenan mis ojos ya cansados de lagrimas, lagrimas de pena, lagrimas de impotencia, y en mi mente veo unas imágenes, como su madre y yo mismo los limpiábamos de pequeños, y lo hacíamos con ese cariño, que solo los padres saben poner, ¿ y ahora a mi? Sabéis la respuesta mía no podría ser otra silencio, motivo POR ELLOS con rabia contenida y pensando en su madre.
Al final pues no podía más, llevo aquí un año, bien atendido, pero me falta lo mejor el amor de una familia, el amor de mis hijos, en todo ese tiempo me han visitado una vez, y esa vez era para firmar el pase de lo poco que tengo, para que lo puedan disfrutar ya tienen todas mis pertenencias, y ahora voy al final de mis días y sabéis lo que no me podrán quitar nunca es una foto de su madre y ellos, con la cual pienso morir entre las manos.
A LOS MAYORES NO LOS ABANDONES AYUDALOS