Si supiera que me voy a morir yo tendría una sonrisa ante las personas que quiero y en ese viaje al otro lado y pediría estar a solas unos minutos con la persona que amo para decirla que la esperaría en la otra vida para hacerla eternamente feliz que cada noche la cuidaría que la protegería y que cuando la tocase irse a ella yo comenzaría una nueva vida a su lado en ese mundo llamado eternidad luego al decirle todo esto se que ella estaría llorando la secaría las lagrimas con mis manos y me despediría de ella con el dulce besos de sus labios luego saldríamos de esa habitación y disfrutaría de mis seres queridos para que me recordasen como un gran día. No quiero flores después de muerto las cosa se hacen en vida y en mi ataúd quiero solo una cosa en vez de una flor una buena cerveza
Quisiera saber el día y la hora exacta que me voy a morir para ir donde cada uno de mis amigos, aquellos que no veo hace años, y decirles que los quiero. Quisiera saberlo para darme tiempo para mí, para ser egoísta por una vez, para poder dormir un poco más de lo normal, para caminar bajo la lluvia, para mirar las veces que sean necesarias como se oculta el sol dentro del mar, para tirarme en el pasto en la noche y mirar las estrellas, hablar con ellas y decirle a la Luna lo que siento.
Me gustaría saber el día y la hora exacta que me voy a morir para ir al bar, a ese mismo bar que es el mundo y sentarme a tomar unos copas, ir donde cada persona que quiero, decirle gracias por las oportunidades y el tiempo; por escucharme y por dejar que los escuche, por ayudarme y por dejarme ayudarlos. Pedirles a más de uno perdón porque tal vez pude ser mejor y hacer más.
Quisiera saber el día y la hora exacta que me voy a morir para saber hasta cuando podré hacer que la gente me lea; para luchar por estar algún día en la radio de la vida, para poder preparar mi show y que la gente se ría. Quisiera saberlo para llorar tranquilo con cada canción, para saber que pronto podré encontrarme con mis nonos, para agarrar el teléfono y llamar a mis amigos y decirles que por fin les devuelvo la llamada que les prometí.
Quisiera saber el día y la hora exacta que me voy a morir para quedarme tranquilo y decir gracias.
Seguidores
miércoles, 12 de septiembre de 2018
sábado, 8 de septiembre de 2018
CAMINO AL CIELO
Ese beso que acaricia
Las mañanas de mis labios,
Que agudiza los sentidos
Y que se queda grabado.
Ese Beso que transmite,
Lo que dos cuerpos soñaron
El que me lleva a tu cielo
Y a tu paisaje lejano
Ese beso de ternura
Que parte de labio a labio,
Que dura sólo un momento
Y al corazón va llegando
Ese Beso de poesía
Ese Beso apasionado,
¡Es tu beso vida mía
Ese Beso tan soñado! J.M.R
ESE BESO
Tu beso ese que recuerdo
Como algo bendito.
Ese beso robado.
Que yo daría con placer a tu boca.
Porque marco mí antes y después.
Porque fue una noche que solo una hoguera
Alumbraba nuestros cuerpos,
Y sin darme cuenta besaste mi boca
Es ese beso tuyo tan apasionado que se llevo mí
Corazón, porqué en ese beso tú te llevaste mi amor.
Nuestras bocas se unieron, nuestras lenguas
Se encontraron e hicieron la unión más hermosa.
Ese beso que aun quema mis labios
Que se acostumbraron a los tuyos,
En ese beso robado.
Ya solo queda el recuerdo, dé esa noche
Tan bella en que tu boca se unió a la mía
En ese beso que no olvido, ese beso tierno
Que por siempre vivirá en mis recuerdos,
Ese beso tímido, que con la fuerza de un volcán
Se apodero de mi
Y que hoy daría todo por tener
de nuevo un beso de tu boca… J.M.R
martes, 4 de septiembre de 2018
MUJERES
A Serena Williams la abronca el presidente de la Federación Francesa de Tenis por llevar un 'catsuit' en el Roland Garros. Curiosamente un 'catsuit' idéntico pero en color blanco lo había llevado sin más problemas Anne White en Wimbledon… ¡en 1985! ¿La diferencia? Anne es blanca y Serena negra. Pero, sobre todo, Anne es plana y andrógina y Serena tiene tetas y culo. El 'catsuit' los marca, los hace evidentes. El cuerpo de Serena es el de una mujer.
Dos días después, en el Abierto de EEUU, Alizé Cornet recibe una advertencia por quitarse la camiseta y quedarse en sujetador. Mientras que Federer o Djokovik se quitaban la camiseta en la cancha sin recibir sanción alguna. De hecho, el serbio pasó varios descansos con el torso desnudo.
Hablando de espacios públicos, me paso la semana escuchando cómo la gente se pelea porque unos ponen unos lazos amarillos y otros los quitan. Y para defender su derecho a ponerlos o quitarlos acaban dándose de hostias y rompiéndose narices y cruzándose denuncias.El mensaje, desde el ambiente más elitista y pijo del mundo, es claro: el cuerpo del hombre puede mostrarse, pero el cuerpo de la mujer no está bien visto en un espacio público. El sexismo sigue vivo y en excelente salud.
Y esto me prueba lo importante que es conquistar el espacio público y ser visible en él, oponerse a la estrategia de ocupación simbólica del espacio público que nos quieren imponer.
Reforzar identidades
Lo que nos ha demostrado la polémica de los lazos es que la calle no es simplemente aceras: la calle es un espacio socialmente valorizado y por lo tanto culturalmente construido. La calle es objeto de apropiación subjetiva por parte de los actores sociales. Por lo tanto, es el espacio donde se refuerzan las identidades.
Por eso os digo: mujeres, compañeras, hermanas, amigas, aliados, ocupemos el espacio público. Llenémoslo de lazos violetas.
Demostremos que la marea violeta no está de resaca, que sigue
avanzando. Porque para poder cambiar el mundo hace falta un movimiento. Y un movimiento lo es en tanto se haga visible.
sábado, 1 de septiembre de 2018
viernes, 31 de agosto de 2018
UN DICTADOR
Los peores mitos de la dictadura de Franco y de la Transición
Sólo hay algo que de más asco que el franquismo y la Transición y es la gente que se sigue creyendo
A todo el mundo le gusta llenarse la boca hablando de Franco y dentro de unos días, cuando se cumplan cuarenta años de su muerte, internet va a estar a petar de artículos de mierda en los que se repetirán los mitos de siempre sobre la dictadura y sobre la Transición. Es nuestra Ley de Godwin particular cuyo enunciado en este caso vendría a ser algo así como "a medida que una comida familiar se alarga, la posibilidad de que aparezca Franco o la Guerra Civil tiende a uno". Llevamos ochenta años – cuarenta de dictadura y cuarenta de democracia – dándole vueltas a quienes eran los buenos, quienes eran los malos, si Rusia era o no culpable, si la República funcionaba o si aquello no iba bien y sobre todo, si con Franco se vivía o no mejor. Discusiones que, aunque no lo parezca, no tienen una respuesta sencilla.
Aunque la cosa no acabó precisamente bien – terrorismo, represión, un intento de golpe de estado...- la verdad es que hay mucha gente que cree que con Franco se vivía mejor y que gracias a él España creció económicamente, se puso al ritmo de Europa y – como no – consiguió por fin una democracia sólida.
El franquismo y sus herederos, sobre todo los tecnocráticos, se convirtieron en expertos en construir un relato que contenía todos estos elementos y muchos más para justificar la dictadura como un modelo de éxito y a la democracia como el resultado lógico de la misma. Pero por suerte los mitos suelen estar en las antípodas de la realidad y estos no son una excepción.
FRANCO NOS LIBRÓ DE LA II GUERRA MUNDIAL
Si Franco no entró en la II Guerra Mundial no fue porque no quisiese sino porque no le dejaron. El dictador estaba obsesionado desde pequeño con el glorioso retorno del imperio español y para él ese retorno pasaba por conseguir nuevas y mejores colonias – hasta 1945 el estatus de los países se medía por las colonias que tenían.
Para Franco el nuevo imperio español tenía que ocupar prácticamente todo el norte de África, un territorio que durante la II Guerra Mundial estaba nominalmente en manos de la Francia de Vichy – un estado títere de los alemanes - pero que Franco creía que podría conseguir si se aliaba con el III Reich. Lo que el Generalísimo ofrecía era ocupar Gibraltar, cerrarle el estrecho a los británicos – que era clave para Hitler – y dividir aún más las fuerzas aliadas.
Pero el dictador alemán nunca aceptó porque no solo pedía las colonias africanas sino que Franco también quería que equipase y armase al ejército español. Existe el mito que asegura que Hitler dijo que prefería arrancarse una muela antes que volver a reunirse con Franco. El Generalísimo se tuvo que conformar con ocupar Tánger 1940 – un enclave hasta entonces internacional en el norte de Marruecos – para ver como poco después quien había sido su principal apoyo en Europa empezaba a perder la guerra.
LA SEGURIDAD SOCIAL
Si, Franco creó la Seguridad Social. Es decir, creó el servicio que hoy en día se conoce como Seguridad Social, pero no creó las prestaciones sociales, estas existían desde hacía décadas y lo que hizo Franco – junto al ministro del Trabajo falangista José Antonio Girón de Velasco – fue añadir una serie de prestaciones que configuran lo que hoy en día conocemos como Seguridad Social. Hasta aquí el mito se aguanta más o menos.
La cosa cambia cuando uno empieza a mirar en qué se gastaba el régimen el dinero público, es decir, en qué invertía o dejaba de invertir, porque si ponemos la mirada aquí queda claro que la Seguridad Social y que la población tuviese unas condiciones de vida dignas estaban muy abajo en su lista de prioridades: la dictadura invertía alrededor de un 70% de sus recursos en el Ejército. Esto es fácil de comprender: por mucho que nos empeñemos en llamarla dictadura fascista, lo que era el régimen de Franco era una dictadura militar de extrema derecha y por lo tanto, su columna vertebral no era el partido único – Falange era solamente el atrezzo y la coreografía del régimen – sino el ejército, que había sido el germen de la sublevación que había acabado con la II República y seguía siendo principal apoyo del dictador.
Precisamente por eso – para satisfacer a las cúpulas militares – el Ejército español consumía la mayor parte de los recursos del estado y por eso a pesar del crecimiento económico y del cambio en la situación nacional e internacional, nunca dejó de ser la principal inversión del estado, siendo siempre la inversión en prestaciones sociales un gasto residual, sobre todo si lo comparamos con lo que se gastaba en las democracias europeas del momento.
De hecho, solo hace falta recordar los enormes barrios chavolistas de Barcelona y Madrid, los servicios deficientes – barrios sin agua, sin escuelas, sin luz... - o las escasas viviendas de protección oficial en comparación con las necesidades de la población – que aparte de pocas, eran pequeñas – para darse cuenta de que los españoles viviésemos mejor o peor le importaba relativamente.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
En 1965, con motivo de la visita de Franco a Barcelona, Jordi Pujol – sí, el mismo que fue presidente de la Generalitat y al que ahora están investigando por sus delitos de corrupción – escribía esto:
"El general Franco, el hombre que pronto vendrá a Barcelona, ha elegido como instrumento de gobierno la corrupción. Sabe que un país podrido es fácil de dominar, que un hombre comprometido por hechos de corrupción económica o administrativa es un hombre servil. Por esta razón el Régimen ha fomentado la inmoralidad en la vida pública y económica. Como sucede en ciertas profesiones indignas, el Régimen procura que todo el mundo se ensucie las manos y esté comprometido. El hombre que pronto vendrá a Barcelona, además de un opresor, es un corruptor".
Aparte de lo paradójico del asunto, el texto de Pujol define perfectamente como funcionaba la España de Franco: corrupción y represión. La estructura del estado, sobre todo durante los primeros años - una dictadura autoritaria que controlaba todos los resortes del estado a través de la estructura de partido único - hacía que todo pasase por la mano providencial del régimen, que daba y quitaba a voluntad – mejor dicho, bajo pago – gracias a corruptelas grandes y pequeñas: desde la concesión de un puesto en un mercado o una licencia de taxi hasta las grandes importaciones, todas estaban marcadas por la corrupción endémica de la economía franquista.
La peor parte de este mito es seguramente la gente que sigue creyendo que a pesar de todo, gracias a Franco España consiguió industrializarse definitivamente, ponerse al mismo ritmo que el resto de Europa y dejar de ser la Namibia del Mediterráneo. Fue relativamente fácil venderle esto a la gente que había vivido la guerra o nacido durante ella o en la posguerra inmediata después de vivir el hambre y la miseria, pero es preocupante que haya gente mucho más joven que siga pensándolo.
Sí, España creció durante el franquismo, aunque quizás sería mejor decir que creció A PESAR del franquismo. Hace años que los estudios han apuntado que el crecimiento económico e industrial de la II República hubiese sido mucho mayor y mucho más rápido que el que se consiguió durante el franquismo, no llegando éste a ese nivel hasta finales de los años sesenta. Si bien se debe poner en duda todo intento de historia-ficción, lo cierto es que el intento del régimen de mantener el régimen autárquico más allá de sus posibilidades junto a la corrupción generalizada agravó la situación del país.
No solo eso, sino que además se apunta también que la guerra no fue tan devastadora a nivel de industria e infraestructuras como para frenar tanto ese crecimiento anterior, sobre todo si lo comparamos con la devastación que sufrieron el resto de países europeos durante la II Guerra Mundial. Esto impidió que España tuviese una economía normal hasta después 1959 - fue el único país de Europa en el que la población rural volvió a crecer desde finales del S.XIX - cuando el FMI metió mano para evitar el colapso de la dictadura en el contexto de la Guerra Fría.
EL RÉGIMEN SE ABRIÓ CON EL TIEMPO Y LOS 'VEINTICINCO AÑOS DE PAZ'
Uno de los eslóganes de los '25 años de Paz' fue "Paz, la palabra de Franco". Cada loco con su tema. Imagen vía.
Esta es otra de mis mentiras preferidas "si, vale, la Guerra y la posguerra fueron fatales, pero a partir de los sesenta aquí se vivía de puta madre: las suecas, la fiesta, los yeyés... Joder si hasta vinieron Hendrix y los Beatles". Son cosas que pasan cuando le enchufas a alguien 17 temporadas de Cuéntame estando la educación como está.
La represión violenta fue consustancial al régimen durante los 40 años de dictadura. Solo hace falta ver como a partir de la muerte de Carrero Blanco – el delfín del Caudillo – se recrudeció el terrorismo policial y parapolicial – el de los Guerrilleros de Cristo Rey y otros grupos por el estilo.
Pero tampoco hace falta irse a la sangre y el morbo para encontrar ejemplos del falso aperturismo del régimen: mientras en Lloret de Mar se vendía la España de toros, paella, sangría y playa, en Zaragoza se multaba a las mujeres por llevar bikini en las piscinas municipales.
Además Franco mantuvo durante todo el régimen una división maniquea de la sociedad española: los vencedores y los vencidos, los buenos y los malos, los que podían salir orgullosos a la calle y los que tenían que agachar la cabeza,los que se quedaban con todo y a los que no se les dejaba nada. Esa división no cambió en cuarenta años y por tanto aquello de los "Veinticinco años de paz" fueron solo para la mitad que ganó.
FRANCO Y/O EL REY TRAJERON LA DEMOCRACIA A ESPAÑA
De la Transición hay ahora mismo dos versiones oficiales: la clásica de toda la vida es la que nos vendió Victoria Prego en su serie sobre el tema en la que nos decía era que el rey fue el motor del cambio democrático – algunos como Rodolfo Martín Villa decían que de hecho fue Franco quien lo dejó todo preparado. La cosa va más o menos así: el rey se la mete doblada al Caudillo, realmente era demócrata y cuando el dictador murió, empezó a mover los hilos para cambiar las cosas y traernos la paz y la democracia. La otra es la que nos vende Monedero que dice que no, que los franquistas utilizaron la Transición para cambiar de capa y que no cambió nada. Por suerte la verdad es más compleja, pero ese no es el tema, el tema es que ni el rey se la coló a Franco, ni Franco quería la democracia.
Hay un espacio de dos años – año y medio si somos buenos – en el que el rey hace cosas bastante parecidas a las del dictador: su primera reunión fue con la Confederación Nacional de Ex-combatientes – uno de los lobbies creados por los franquistas más radicales para intentar frenar cualquier tipo de reforma política – para agradecerles su sacrificio por la patria, además mantuvo la estructura de partido único, la represión indiscriminada en la que le echaron una mano Adolfo Suárez y Manuel Fraga - que en 1976, como miembro del primer gobierno del rey, se jactó del control policial de las calles y los movimientos populares con su mítica frase "la calle es mía" - y otras cosas muy poco democráticas durante todo ese tiempo. No fue hasta que las herramientas del régimen dejaron de ser útiles y las élites económicas del país apretaron para entrar en el mercado común europeo que se decidió a reformar el régimen - no substituirlo - siempre con la idea de mantener a la monarquía en el poder.
Así que más que traer la democracia, se debería decir que la dejaron llegar, porque ellos – Franco, el rey y sus ministros – ni la esperaban, ni la querían.
LA TRANSICIÓN FUE PACÍFICA
Aunque aquí no hubo un golpe de estado como en Portugal o una revuelta como en Grecia y nos han vendido el mito de que la Transición fue pacífica excepto por cuatro incidentes como el de los abogados de Atocha. La verdad es que mientras que en Portugal y Grecia los muertos no pasaron de la treintena, en España, la Transición supuestamente pacífica se saldó con 591 muertos, menos mal que fue pacífica, ¿no?
Éste quizás es el mito más perverso de todos porque desgraciadamente, no es en absoluto cierto. La transición fue un baño de sangre continuo, no hablo ya solo de las muertes o el terrorismo indiscriminado, sino las palizas, las torturas, los suicidios... Por ejemplo, en 1976, mientras se dejaba volver a Carrillo de manera no oficial, el secretariado de las juventudes comunistas fue detenido y torturado durante días en los sótanos de la Dirección General de Seguridad. Una de los miembros sufrió un aborto por las torturas. Pero no esperéis que os hablen de ello en las noticias cuando hagan el típico reportaje sobre el tema porque ni el rey, ni el cambiachaquetas de Fraga, ni el incuestionable Suárez salen bien parados de todo esto.
La lista podría ser más larga, podríamos hablar de como Suárez manipuló las primeras elecciones para ganar – empezando por el orden de los anuncios electorales y acabando por trampear los censos para no dejar votar a la gente – de la fortuna de Franco o de por qué el PSOE que era un partido político residual en el antifranquismo de repente se convirtió en la principal fuerza de la oposición. Esperemos que no hagan falta otros cuarenta años para que la gente se dé cuenta.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Me gustaría este fuera mi sitio de LIBERTAD, donde poder decir aquello que yo pienso y tu CALLAS.